AL VUELO/ Estilacho

Por Pegaso

Después de mi vuelo vespertino por las amplias avenidas de Reynosa me encontré en conocido centro comercial al mandilón de Alejandro García, haciendo las compras de la semana.

Y ahí, enmedio del pasillo de frutas y verduras, nos pusimos a dialogar en torno a la posibilidad de imprimir un libro con todas, todaaaas las columna que he tenido la oportunidad de escribir en este gustado espacio del portal ReynosaPost.com y de por lo menos media docena más de páginas noticiosas de Reynosa y de Tamaulipas.

-Oye, Pegaso-me dijo Alex: ¿Por qué no haces un libro? Ahora los precios de la impresión han bajado mucho…

-Fíjate que no sería mala idea,-contesté. Lo había pensado en anteriores ocasiones pero hasta ahora no me he decidido.

Yo le hacía ver que las primeras columnas de mi autoría estaban pa’l perro, que no me gustaban ni tantito, y él me comentaba que cada columnista, al empezar, siempre batalla para encontrar su estilo.

Así, con esa reflexión, me fui con mi carrito a seguir comprando el mandado. (Nota de la Redacción: ¡Ajá, también tú andabas de mandilón, pinche Pegaso!)

Ya en mi mullido cumulonimbus pensaba cuál sería la manera en que podría llevar a letras de imprenta tan fructífera obra, para solaz esparcimiento de ésta y de las futuras generaciones.

Irreverente, contestatario, algo travieso y juguetón, a veces pícaro y en otras ocasiones serio, el estilacho de la columna aún deja mucho que desear.

En cierta ocasión me preguntó mi colega y amigo-ya fallecido- Juan Mario Castorena: «Pegaso, ¿quién crees que escribe mejor, yo o el Gordo Elías?»

Le contesté: «¡Híjole, pues ni a cuál irle!»

En su momento, Elías García Aguirre, el Gordo Elías fue el más leido de Reynosa por sus ocurrencias y frases célebres que han quedado grabadas de manera perenne en el lenguaje coloquial: «Lo agarraron como a la india del agua mineral, agachado», «Estaban haciendo el chaca chaca y el cheque meneque», «Quería llegarle a la caja de las galletas», «Se fueron de pic nic; él puso el pic y ella el nic», y mil y una ocurrencias que plasmaba en su gustada columna Pájaros de Cuenta.

Castorena, por su parte, fue durante muchos años digno sucesor de Elías. Su frase más célebre fue: «Acastorenado sujeto fue ganchado por la policía», y algunas otras como «Encamable mujer acudió a la jefatura de policía».

Abrevando de tan excelentes exponentes del folklore y la picaresca local, ha sido posible llevar diariamente a mis dos o tres lectores las peripecias de un personaje que soy yo, Pegaso, en el diario acontecer de la ciudad.

He querido dejar a un lado la manida tendencia de otros columnistas de revolcar las notas de los periódicos estatales y pegarles un comentario personal; o recibir filtraciones de alguna dependencia estatal o municipal, o las consignas, o el ataque centavero.

Mejor, como le explicaba a Alex, tratar de sacar una sonrisa cada mañana al político, al empresario o al maestro para que empiecen su día con una sonrisa y una reflexión.

De esa manera atenderán mejor al pueblo, a los empleados o a los alumnos.

No sé si algún día pueda editar un libro con mis columnas, pero aquí está una de las primeras que publiqué, hace poco menos de tres años, el 31 de octubre del 2014:

«¡Ay, de mí! El cielo está tan sucio, hay tanto ollín por la quema de llantas que ya mis alas están más negros que la conciencia de los jueces de la Suprema Corte.

Andaba sobrevolando, como es mi costumbre, por la zona centro de la ciudad, a ver qué veía por ahí.

Yo creí que aparte de los encinos y palmas también se habían sembrado sandías en derredor de la plaza Miguel Hidalgo, pero al acercarme más ví que eran los soldados que custodian la Presidencia Municipal.

Pero lo que más me llamó la atención esta mañana fue la nata de suciedad que se veía en el horizonte.

Reynosa, habitualmente, padece del problema de quema de basura y de llantas por parte de las personas que administran los basureros clandestinos.

Lo hacen para tener más espacio y seguir recibiendo los residuos sólidos urbanos que traen de los carretoneros.

Pero en el otoño e invierno, las capas de aire frío empujan el humo hacia las partes más bajas, y es ahí cuando afectan a las vías respiratorias y conjuntiva. Es lo que se conoce como inversión térmica.

Luego, entonces, decía que mis alas se han pintado de un color negro marrón horripilante por tanto humo. Tendré que ir a la estética de mi amigo el Unicornio para que me haga un alicure, de perdis.

En fin. El alcalde Pepe Elías dijo ayer que ya está casi lista la maquinota que usarán para triturar y desaparecer de los predios baldíos o basureros clandestinos tanta llanta vieja que nos venden los gringos y que nosotros simplemente desechamos cuando ya andan muy boludas.

Yo agradecería al munícipe si se logra eliminar ese grave problema, no sólo porque las llantas son criaderos de zancudos transmisores del dengue, sino por la serie de problemas a la salud que provoca la quema de neumáticos viejos.»

¿Verdad que estaba bien furris? (Nota de la Redacción: Y lo sigue estando, güey).

Termino con el refrán estilo Pegaso que dice: «¡Procedan a desplegarla, puesto que porto proyectil balístico!» (¡Ábranla, que llevo bala).

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