Un juez mexicano ordenó dos años de prisión preventiva para Jorge Fernández por el presunto asesinato de su esposa, la española Pilar Garrido, informaron fuentes del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas. Dichas fuentes agregaron que, tras la audiencia inicial, el juez que lleva el caso «determinó vincular a proceso al esposo», quien fue arrestado el martes en el nororiental estado de Tamaulipas, por homicidio calificado y «fijó prisión preventiva de dos años como medida cautelar». Además, concedió «un plazo de tres meses para investigación complementaria.»La fiscalía de Tamaulpas tiene ahora tres meses para juntar nueva evidencia. Luego, el juicio
Hasta entonces, la única versión de lo ocurrido era suya. Y desde luego no tenía nada que ver con el relato que apuntó la fiscalía tras su aprehensión. Según la versión del marido, un grupo de hombres armados había secuestrado a Pilar, cuando ella, él y el hijo de ambos volvían de la playa un domingo a principios de julio. El viaje a la playa ocurrió, pero el resto, según la fiscalía, es mentira.
En declaraciones a la agencia EFE, la hermana de Pilar, Raquel, se ha mostrado «sorprendida» por la detención de su cuñado. «Hasta ayer mismo», ha dicho, «mi madre estaba viviendo en su casa. No quiero opinar sin saber. Quiero ver y tener todas las pruebas. Cuando las tenga, entonces diré algo». La madre de ambas se desplazó a México a mediadios de agosto, poco antes de que la fiscalía anunciara que los restos humanos encontrados semanas antes eran de Pilar.
El hallazgo se produjo a finales de julio. El grupo de búsqueda, integrado por agentes de la fiscalía y efectivos de la Policía Federal, encontró una osamenta junto a la carretera de la playa, la misma que habían tomado Jorge y Pilar. La fiscalía mandó los huesos al laboratorio y pocos días después supieron que se trataba de la española.
Con el tiempo, los peritos pudieron determinar además que Pilar murió asfixiada. Que alguien la golpeó en la nariz, ella cayó y se golpeó el cráneo. Luego, la estrangularon.
Ya hacía semanas que los investigadores de la fiscal sospechaban de Jorge, aunque evitaron decirlo en público. El relato del esposo, los tiempos empleados en los recorridos que hizo tras el presunto secuestro, no cuadraban.
Aunque el juez haya aceptado las pruebas de la fiscalía, los investigadores enfrentan ahora el reto de reforzar un relato que pruebe la culpabilidad de Jorge. Parece una obviedad, pero hasta hace poco, el sistema judicial mexicano tendía a exigir que los acusados probaran su inocencia. Ahora tendrá que ser la fiscalía, la que pruebe la culpabilidad de Jorge.
