- El obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, no había rendido declaraciones por sus condiciones de salud, hasta ahora
Ciudad de México.- El obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, no había rendido declaraciones por sus condiciones de salud, a pesar de que las autoridades ya se había pronunciado sobre su caso; pero el sacerdote ya comenzó a hablar con relación a su agresión.
Rangel Mendoza anunció que no presentará ninguna denuncia contra las personas que tanto mal le han hecho. Al mismo tiempo, pidió la comprensión de los medios de comunicación y que respeten su decisión encaminada al bien de su seguridad e integridad física y moral.
El jerarca católico comunicó su decisión a través de un mensaje en sus redes sociales, en el que expuso que después de haber hecho oración, meditado profundamente y de haber consultado con sus seres queridos, tanto del clero como laicos y en razón de que lamentablemente su vida, edad y su salud están en condiciones desfavorables, perdonaba a las personas que le hicieron daño.
“Siguiendo los principios evangélicos de nuestro Señor Jesucristo, que perdonó a las personas que lo traicionaron, lo vendieron, lo juzgaron, lo torturaron y lo asesinaron, con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación», expuso el religioso.
Además, agradeció a todas las autoridades, tanto legales como eclesiásticas, que colaboraron en el caso, y de manera especial al maestro Luis Gasca, su abogado.
«Agradezco a todas las personas que se han solidarizado conmigo. Mi especial gratitud a todos aquellos que hicieron oración por mi vida y por mi pronta recuperación», señaló el obispo en su mensaje.
El pasado 5 de mayo, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro, afirmó que el caso del obispo emérito tenía una característica de persecución y acusó la puesta en marcha de una fábrica de miles de bots de «ya saben quién» para atacar a la Iglesia.
A este llamado también se sumaron los cuatro obispos de Guerrero, quienes rechazaron la violencia contra la “dignidad, los derechos y la vida” del obispo Rangel Mendoza.
En un comunicado, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González; el obispo de la Diócesis de Ciudad Altamirano, Joel Ocampo Gorostieta; el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, y el obispo de la Diócesis de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga, refrendaron su apoyo.
“Queremos manifestar nuestra cercanía y nuestro aprecio a monseñor Salvador Rangel. Reconocemos su compromiso y entrega para no dejar indefensas a las comunidades de su diócesis ante las violencias, corriendo riesgos y peligros que sólo él y Dios conocen”, señalaron los religiosos.
Expresaron confiar en la procuración de justicia para esclarecer los hechos.