Por Pegaso
Perreo: «Es un estilo de baile. En los Estados Unidos se le conoce también como grinding, freak dancing o booty dancing. Puede ser rápido y agresivo o lento. En cualquier caso la actitud de los participantes es de bailar como si estuvieran tratando de seducir a la pareja en medio de la pista de baile con movimientos lascivos y sensuales, incitando la mímima de posiciones sexuales»,-según la definición de la Wikipedia.
Sobre la etimología de la palabreja agrega: «La danza se conoce como perrear por imitación de los movimientos del coito en la postura del perro. El nombre debió popularizarse a fines de la década de los 90, aunque diferentes fuentes señalan orígenes y tiempos distintos. Otra versión es que toma su nombre del movimiento característico del apareamiento de muchos animales, especialmente de la forma y movimiento en que los canes machos se acoplan encima de la hembra. El baile es también denominado frecuentemente mediante la metáfora «sexo vestido» o «sexo con ropa».
Usted entra a Internet y teclea en Google la palabra «perreo» y aparecen videos con títulos como este: «Reggaeton el perreo más sexy y picante de todo el mundo», «El perreo más intenso del reggaeton, perreo salvaje extremo», «Perreo en fiesta de quince años», y párele de contar.
Como ya se habrán dado cuenta, tras mi vuelo vespertino me puse a indagar sobre uno de los fenómenos más espeluznantes, retrógradas y ridículos que se han visto en mucho tiempo.
Es en este tipo de cosas cuando a uno le dan ganas de llorar por esta raza humana que va en franca decadencia.
Para empezar, el perreo forma parte de otro fenómeno que se llama reggaeton.
El reggaeton, a su vez, es un ¿genero? musical bailable que tiene sus raíces en la música caribeña, con sonidos que recuerdan las ceremonias tribales afroantillanas.
Viendo en la tele la repetición de un video que subió a su cuenta de Twitter el cantante mexicano Aleks Syntek, quien es embajador de México ante la UNICEF, éste critica duramente al raeggeton y al perreo.
Según dice, más o menos cada cien años hay una degeneración de la música y después viene un renacimiento.
Sólo que esta vez el renacimiento se ha retrasado y actualmente estamos estancados en estilos musicales que incitan a la violencia y al degenere.
El perreo consiste en lo siguiente, y cualquiera lo puede ver en Internet con sólo marcar la palabra en Google: Un hombre y una mujer ejecutan una danza explícitamente sexual. Ella se inclina con el trasero dirigido hacia él, mientras el bailarín la toma de la cintura y empieza a frotar sus partes nobles en las ebúrneas carnosidades. Todo eso lo hacen vestidos y en presencia de todo mundo.
Así, el bailecito continúa con distintas posturas, exactamente como lo hacen los perros cuando copulan.
No me escandalizo ante ese baile depravado. No. Cosas más pesadas se ven en la Internet.
Lo que sí es totalmente desagradable a la vista y reprobable moralmente es que niños de tres o cuatro años sean exhibidos perreando en video mientras sus padres se divierten de lo lindo viendo cómo ambos se frotan sus partecillas.
Hemos llegado a tal punto que incluso ese tipo de cosas se toman como algo natural.
«Baile de perreo de hija de Cristian Castro causa indignación», dice un encabezado.
Y la nota presenta el video donde la niña, de unos cinco o seis años ejecuta movimientos llenos de erotismo, al ritmo de la música de Daddy Yankee.
Hay cientos de videos circulando de niños perreando, con los padres festejando la habilidad de sus retoñitos, pero recuerdo uno en especial: Una mujer adulta, vestida con minifalta, es «perreada» por un escuencle de unos ocho o nueve años, y todos los presentes están la mar de divertidos.
Yo aún no tengo nietos, pero si algún día los tengo les prohibiré que perreen dentro de mi casa.
Quédense con el refrán estilo Pegaso: «Le satisface el combustible altamente inflamable producto de la fragmentación de hidrocarburos; proporciónale más combustible inflamable producto de la fragmentación de hidrocarburos». (Le gusta la gasolina; dale más gasolina).