AL VUELO/ BOA

Por Pegaso

Ya los ingenieros, lo saben, lo saben.

Ya los locutores, lo saben, lo saben.

Ya los periodistas, lo saben, lo saben.

Los que están leyendo, lo saben, lo saben.

(Canción “La Boa”. Autores: Félix Reyna Herrera y Carlos José Reyes Hernández. Intérprete: La Sonora Santanera).

Salta a la palestra un nuevo ente en el escenario político nacional: el BOA o Bloque Opositor Amplio.

Bajo el eslogan de “Rescatemos México”, el objetivo principal de este bloque es derrocar al Pejidente, hacer campaña mediática para atacarlo en los principales medios de comunicación nacionales e internacionales y preparar un escenario favorable a la oposición en el 2024.

Prohombres como Enrique Krazy, Ciro Gómez Leyda, Jesús Ramírez Cavernas, Fernando Belascoarán, Leo Fukerman, Víctor Truquillo, Felipillo Calderón, Manganita Zavala y hasta instituciones como la TOPARMEX, son sospechosos de elaborar y difundir el documento que de manera aparatosa exhibió el Peje del Ejecutivo Federal en su mañanera de ayer.

Hasta por ahí me andan mencionando a mí como orquestador de todo este compló.

Por eso, sirva la presente para deslindarme de cualquier orquestación, manejo, maquinación, complicidad o componenda.

Yo estoy fuera. No formo parte de ese grupúsculo de bellacos que intentan desestabilizar y dividir a la Nación.

Ya con uno tenemos.

En el reino animal, la boa es un reptil de proporciones gigantescas. Puede medir más de nueve metros y su cuerpo está formado por anillos musculosos que aprietan y sofocan a las víctimas hasta que estas caen extenuadas.

Por consiguiente, al menos en el nombre y la intención, el BOA se asemeja mucho a una pitón.

Recuérdese que ya desde los primeros días de la actual Administración Federal, los fifís, conservadores y neoliberales han intentado por todos los medios de descarrilar la Cuarta Transtornación, pero hasta ahorita se la han pelado (Nota de la Redacción: La naranja, no sean mal pensados).

Tras la balconeada de ayer, los émulos de Flores Magón se echaron en reversa. En sus cuentas de Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp, se deslindaron del documento, al cual calificaron de apócrifo.

Si los Flores Magón vivieran en la actualidad, seguramente postearían algo parecido a esto, cuando Porfirio Díaz tuviera en sus manos algún ejemplar de Regeneración: “Nosotros, Ricardo, Jesús y Enrique Flores Magón nos deslindamos de cualquier compló”.

Pero la Historia habría sido otra, puesto que el Dictador aprovecharía el poder del Estado para aplastarlos como cucarachas.

En la actualidad, las cosas han cambiado un poquitín.

Luego de que los destacados comunicadores, columnistas, analistas y hombres de negocios del País se dieron la reverseada, la raza que aún apoya al Pejidente salieron en su defensa en las redes sociales, calificando de chayoteros y cínicos a todos aquellos que en anteriores sexenios hicieron fortuna a la sombra de la corrupción.

Por fortuna para mí, yo no estuve nunca en la nómina de la Presidencia de la República, ni lo estoy. Si de algo me pueden acusar es de empobrecimiento inexplicable.

Elaboraré un oficio en papel legal, a doble espacio, con firma autógrafa mía, donde me desligo de cualquier intento golpista.

O qué, ¿acaso piensan los conspiradores dejarnos a los mexicanos sin esta fuente inagotable de ocurrencias, chistoretes y jocosos disparates que es nuestro amado Tlatoani?¿Quién lo sustituiría en esa encomiable labor?

Ni lo sueñen.

Mejor quédense con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Resulta de más valía pernicioso por familiarizado que benévolo por advenir”. (Vale más MALO por conocido que bueno por conocer).

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