Por Pegaso
Sentado en uno de los mullidos cumulonimbus que la Tormenta Tropical “Nicholas” trajo hacia el litoral de Tamaulipas, veía con interés la gran cantidad de candidatos, candidatas, candidotes, candidatitos, candidatotes y candidatillos que se apuntaron para participar en el proceso electoral 2021-2022 que hoy precisamente inicia.
Antes de continuar con este sesudo análisis político, déjenme recomendarles, mis dos o tres lectores, que tengan mucho cuidado por donde circulan, no sea que se vayan a llevar de corbata a algún candidato. (Nota de la Redacción: ¡Qué chiste tan viejo! Entra a You Tube y fusílate alguno de Polo Polo, Jo-Jo-Jorge Falcón, la India Yuridia o el Kompayaso, para ampliar tu repertorio).
Yo no los he contado, pero sé que son como chorromil de MORONA, tres del PUN, tres del RIP, uno del Verde Ambientalista y uno más del Movimiento Anaranjado.
Lo que yo he observado es que el 99.99999999% de los aspirantes de MORONA son cuatachos del Pejidente AMLO o de Rucardo Montreal.
Salvo la doctora Maki, que es considerada como una aspirante fuerte pero aún con carácter externo y el Mauricio Garcés de la política, Felipe Garza Narváez, los demás se llevan de patadas en las donas con el Peje del Ejecutivo.
Así lo presumen Américo Pavorreal Canaya, Rudolfo González Laderrama, el JR, el Guasón y la morralla que falta.
Por el PUN, ya lo saben, el Gobernador Pancho Testa de Bovino pretende meter a chaleco al Secretario de Gobierno, César Voráztegui, traicionando la amistad y la palabra que desde hace mucho le dio a Gerardo Piña Flores.
Y por otro lado, Chucho Nadar, apoyado por el Comité Ejecutivo Nacional de ese partido.
Del resto de los partidos, mejor ni hablar, porque son como la caca del perico: Ni huelen ni hieden, como decía el recordado periodista, editor de la combativa revista “Fardo Político”, Víctor Zamala.
Lo más rescatable es Enroque Cárdenas, cuyo padre, al igual que el de Américo, también fue Gobernador del Estado.
Apenas la ciudadanía se había empezado a habituar a la tranquilidad de la rutina, después de las disputadas elecciones del 6 de junio, cuando ya nuevamente tenemos un proceso comicial en puerta.
Dicho proceso arrancó ayer domingo, con la primera sesión del Consejo General del IETAM y culminará el día 5 de junio, con la jornada electoral.
Nuevamente seremos testigos del circo, maroma y teatro que son las campañas políticas.
Candidatos que prometen lo que saben que no van a cumplir y ciudadanos que les creen porque hablan rete bonito.
Pero una vez que obtienen el triunfo, ya nadie los vuelve a ver, o si llegan a pararse en el pueblo o en la colonia y el ciudadano que le dio su voto quiere hablar con él, resulta prácticamente imposible, porque los guarros no lo dejarán acercarse a él. Y si en una de tantas lo consigue, lo turnará a su secretario, y éste a su secretario, que a su vez le encargará a su secretario que lo atienda. Y es un hecho que el secretario del secretario del secretario solo hará como que anota el problema que se le plantea y después lo archiva, para ya no ocuparse de él jamás.
Yo recuerdo aquella folclórica campaña del actual Gobernador, Testa de Bovino.
-“Ni me doblo ni me vendo”,-decía.
-“De que se van, se van”,-afirmaba.
-“Son malos para gobernar”,-vociferaba.
Y ahora todo eso se le revierte, como un escupitajo lanzado al cielo.
“Nos va a ir bien a todos”,-acostumbraba a decir en campaña. Lo que no decía es quiénes eran esos “todos”, porque al parecer solo se refería a sus hermanos y cuatachos.
A poco más de un año de terminar su mandato, debe miles de millones de pesos a proveedores. A los periodistas nos dejó de pagar desde hace dos años porque prefirió invertir esa lana en atacar al Pejidente en los medios nacionales y en preparar su campaña política en busca de la Presidencia de la República.
La lana que era para los medios estatales se la entregó a los nacionales, que cobran a precio de oro el cuadratín, si es medio escrito, o el segundo, si es televisión o radio.
Por eso nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice: “De órgano muscular móvil que se encuentra en la cavidad bucal, ingiero una porción”. (De lengua, me como un plato).
(Nota de la Redacción: El autor de la columna aclara que los personajes y hechos referidos en este escrito son invención suya, y cualquier parecido con la vida real es mera coincidencia).