AL VUELO/ Fumador 

Por Pegaso 

En la serie de ciencia ficción “Los Expedientes Secretos X” (The X Files, por su título en inglés. Primer episodio piloto estrenado el 10 de septiembre de 1993. Director: Chris Carter. Protagonistas: Gillian Anderson y David Duchovni), siempre hay un tipo misterioso que aparece y desaparece, influyendo en las decisiones del Gobierno desde la sombra, como si se tratara de alguien con mayor poder que el propio Presidente. Le llamaron: “El Fumador”. 

En la serie, “El Fumador” es interpretado por William B. Davis. El personaje es el principal antagonista de la serie, de tal manera que siempre termina manipulando a los pobres peleles de Mulder (Duchovni) y Scully (Anderson), los agentes secretos encargados de esclarecer los casos misteriosos. 

“Su silenciosa presencia es siempre un aviso del gobierno en la sombra  que trata de desacreditar a Mulder. ‘El fumador’ sabe la verdad y Mulder es quien está tratando de encontrarla. No obstante, las razones de ‘El Fumador’ son mucho más complejas que el simple deseo de esconder la verdad; ha declarado creer que está haciendo “lo correcto”, puesto que la información que oculta podría tener efectos desastrosos en la sociedad humana”,-cita la Wikipedia. 

Pero no nos vayamos tan lejos. En los Estados Unidos siempre se ha sabido que hay un Gobierno tras el Gobierno. A veces le llaman “Sindicato”, a veces le dicen “El Estado Profundo”. 

“El Trompas”, cuando estaba en la Presidencia de ese país, se refería mucho a él como una entidad que amenazaba la estabilidad de su mandato y que estaba interesado en impedir su reelección. 

Los resultados parecen darle la razón. 

La BBC, en un artículo titulado “Qué es el ‘Estado Profundo’, el misterioso enemigo que el gabinete de Donal Trump, cree enfrentar en Estados Unidos”, cita a un profesor emérito de la American University llamado Gordon Adams, quien dijo: “El término ‘Estado Profundo’ implica que hay gente secretamente en algún lugar, fuera de la mirada pública, escondida incluso de la burocracia, tirando de las cuerdas y manipulando cosas”. 

Agrega el artículo de la BBC con una frase de otro medio, Breitbart News: “El ‘Estado Profundo’ Nunca duerme. Siempre está haciendo algo. Hacer algo, es decir, socavar a la Administración de Trump”. 

Al igual que se dice del diablo, “El Estado Profundo” o el “Sindicato” tienen la virtud de que nadie cree que sean reales, pero ahí están, actuando, sintiéndose sus efectos en todos los niveles, incluso cuando se trata del crimen organizado. 

Allá, en Estados Unidos, el crimen organizado está confederado. No se mueve una hoja en los puertos, aeropuertos y aduanas del país sin que lo sepa la mafia. Pero todo es tranquilo en Gringolandia, porque hay un control absoluto. Si alguno se sale del calzón, como decimos en Mexicalpan de las Tunas, lo desaparecen. Nunca existió. “El Estado Profundo”, o los “Fumadores” de ese “Estado Profundo” actúan para que nunca más se vuelva a saber de él. Así que todo está controladito. En EEUU, puedes ser el criminal más atroz, pero si pagas tus impuestos y no haces alguna estupidez que se haga pública, nadie te dice nada. 

Todo este rollo viene a colación porque nuestro egregio Pejidente se aventó el tirito de programar una nueva visita a Badiraguato, el punto más caliente de la geografía nacional, cuna de los más sanguinarios y poderosos narcotraficantes, como “El Chapo” Guzmán, “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza, “El Azul”. 

Yo me quedé boquiabierto, patidifuso, anonadado y algo apendejadón, porque en toda la historia del País nunca un mandatario ha actuado tan abiertamente a favor de un grupo delictivo, a excepción de cuando Moctezuma Xocoyotzin, recibió en su palacio a Hernán Cortés, a quien le dio joyas y oro a cambio de espejitos. 

Si me hubiera consultado El Pejidente ALMO, yo le hubiera dicho: “Usa a un ‘Fumador’, como en la serie de ‘Los Expedientes Secretos X’, no te vayas a quemar con la raza por querer hacerlo todo tú mismo”. 

Pero me hubiera expuesto a su acostumbrada respuesta: “Mira, Pegajo: Yo tengo otroj datoj”, o aquella otra de: “Abrajoj, no balajoj”. 

Tal vez el Peje del Ejecutivo tiene buenas intenciones y quiera pactar con el narco para que ya no haya tanta matazón y violencia, y que las cosas sean como en Estados Unidos, que los mafiosos se portan bien, pagan sus impuestos y todos contentos. 

Viene el refrán estilo Pegaso: “Dicha situación equivaldría a proporcionar tu ánima al Príncipe de las Tinieblas”. (Sería como darle tu alma al diablo). 

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