AL VUELO/ Olimpiadas 

Por Pegaso 

El próximo 23 de julio se inaugurarán los XXXII Juegos Olímpicos de Verano Tokyo 2020 (que alguien me explique por qué se llaman Juegos Olímpicos de Verano 2020 si se van a realizar en el 2021). 

Participarán 205 países, con 11,025 deportistas que competirán en 33 deportes en 339 eventos. 

La clausura será el día 8 de agosto. 

Durante esos 17 días los mexicanos estaremos pegados a la pantalla plana idiota, viendo cuántas pinches medallas obtienen nuestros mediocres y tercermundistas atletas. 

¿Qué si hay un aumento de contagios de coronavirus? ¡Nos vale! 

¿Qué si la Variante Delta se convierte en la cepa dominante?¡Nos vale! 

¿Qué si el Gobierno nos clava nuevos aumentos en los precios de la luz y la gasolina?¡Nos vale! 

Mientras todos nosotros estemos pendientes de los eventos olímpicos, enviando buenas vibras a los jugadores de la selección, a los que participarán en la caminata, a los de tae kwon-do y a los de judo, que es donde podemos colarnos con alguna medalla, pueden pasar todas las desgracias del mundo y todo se nos resbalará. 

Como siempre, son los países desarrollados, -los que les dan mejor de comer a sus atletas, los que tienen los mejores gimnasios para deportistas de alto rendimiento y los que les dan un buen billete- quienes acaparan la mayor cantidad de oro olímpico: Estados Unidos, Rusia, China, Japón y Alemania, segurito se llevarán el 95% de los metales. 

Para la siguiente edición de esta justa deportiva, yo voy a proponer que se incluyan otros deportes en los cuales los mexicanos siempre hemos demostrado ser sobresalientes, a saber: 

-Lanzamiento de jaibolina: Interesante disciplina que consiste en lanzar lo más lejos posible un vaso de jaibol con todo su contenido, para después correr hasta él e ingerir el néctar de dioses hasta el fondo, sin respirar. 

-Levantamiento de tarro: Un deporte similar, aunque en este caso, son los atletas más fuertes los que compiten. Se colocan dos tarros de 20 litros en una barra, como si fueran pesas de halterofilia. Aquel participante que haga más dominadas y después ingiera su contenido sin hacer un solo gesto, se lleva el oro. 

-Desaparición de bultos: Aquí es necesario tener una gran astucia para ganar la delantera a los contrarios. Se juega en equipo y se utilizan diversas técnicas para desaparecer un fiambre. Puede ser mediante la clásica pozoleada o sepultándolo en alguna fosa clandestina. 

-Tiro al ciudadano: Otro juego de equipo. Se trata de seguir una trayectoria establecida por donde se pueda disparar a cuanto ciudadano esté a nuestro alcance. Cada acierto vale un punto. Gana el que acumule más puntos. 

-Persecución de fifí: Bonito deporte que consiste en atacar sistemáticamente al contrario hasta hacerlo perro del mal. Se practica desde una mañanera y es muy popular entre el público chairo. 

-Lazamiento de vaca: Como en el rodeo, se trata de lanzar una soga al cuello de un cuadrúpedo bovino, jalando repetidamente hasta que el animal se ahorca solo.  

-Declinación de cerviz: Esta disciplina consiste en hacer repetidas genuflexiones ante la delincuencia organizada, en lugar de un combate frontal cuerpo a cuerpo. Su práctica requiere de rodilleras. 

-Destapamiento de caguama: Creo que este es el deporte nacional de los mexicanos. SE practica preferentemente los fines de semana, junto a un asador y acompañados de un pollito o unos chuletones asados y una chela bien helada. 

No cabe la menor duda de que si el Comité Olímpico Internacional incluye dichas disciplinas deportivas, México se traerá las medallas de oro a carretadas. 

Por lo pronto, debemos conformarnos en estas justas deportivas de Tokio con dos o tres de oro, cinco de plata y chorromil de bronce, para estar contentos y soportar todos los males que se nos vengan encima. ¡Vale! 

Y ahora viene el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “A los individuos que integran la base de una sociedad, hogaza de harina y espectáculo circense”. (Al Pueblo, pan y circo). 

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