AL VUELO/ PUP

Por Pegaso

La frase: «Cuanto más conozco a los políticos más quiero a mi perro» nunca ha tomado tal relevancia como ahora.

Y es que andaba yo volando allá, cerca de las oficinas del Comité Municipal del RIP, porque me habían invitado a una rueda de prensa con los candidotes a senadores, Yahbel Ardalá y Alex Guemara Tobos, quienes el día anterior estuvieron de gira por Matamoros y Río Bravo.

Allá les fue como en feria porque la raza se les lanzó a la yugular. Tal vez pensaron que en Reynosa vendrían a partir plaza, a cortar oreja y rabo, pero también aquí la aguerrida raza periodiquera los tundió con agudos cuestionamientos en torno a la derrota de la pasada elección, a la corrupción, al encarecimiento de la gasolina y hasta al chapulineo.

Fieles a la vieja tradición ripista de enredarlo todo con frases rebuscadas, quisieron salirse por la tangente sin conseguirlo.

Una de las frases que me gustó de Guemara Tobos fue la siguiente (Nota de la Redacción: A petición de Pegaso enviaremos un ocurso a la Cámara de Diputados para que pueda ser grabada en letras de oro en el estrado y con ello que quede inmortalizada per seculo seculorum): «Nosotros somos combativos, honestos y con las manos muy limpias; que no tenemos absolutamente nada que ver en ninguna de las situaciones que hoy estamos viviendo».

¡Híjole!¡Hasta se me encueró el chino! La repetiré para que las futuras generaciones la recuerden y tomen ejemplo constructivo de ella: «Nosotros somos combativos, honestos y con las manos muy limpias; que no tenemos absolutamente nada que ver en ninguna de las situaciones que hoy estamos viviendo».

Yo me imagino a Guemara Tobos en la misma situación del personaje de Jim Carrey en aquella película donde es sugestionado por un mago para que siempre diga la verdad y sea completamente sincero con los demás.

Guemara Tobos, quien cuerpo a cuerpo buscará el voto ciudadano, llegaría con un padre de familia de una colonia pobre, con el siguiente mensaje: «Mi muy estimado amigo: Hoy he venido a estrechar su diestra para solicitar su sufragio. Sé que el Gobierno emanado del partido al que pertenezco lo ha empobrecido brutalmente, que gana un salario de hambre, que vive usted al día, que muchas veces no le alcanza ni para comprar tortillas, que cada día la gasolina está más cara, la luz, el gas y todos los servicios. Déme la oportunidad de llegar al Senado para seguir subiendo los impuestos y los precios, ya que son medidas dolorosas, pero necesarias. Sé que mi sueldo será de más de ciento cincuenta mil pesos mensuales, que me darán bonos, compensaciones y dietas, que me pondrán chofer, que me darán un crédito blando para comprarme un vehículo último modelo, la renta de una oficina de gestoría con secretarias y todo; deme la oportunidad que mis amigos constructores tengan jugosos contratos para que sus trabajadores puedan llevar el sustento diario a sus familias».

Más o menos así diría Guemara Tobos si fuera el personaje de Jim Carrey.

Pero no crea usted que la situación de pobreza extrema en que viven millones de mexicanos es sólo responsabilidad del RIP.

Panuchos, pedorros, morenos, verdes, rojos y anaranjados forman parte de ese sistema podrido que se llama partidocracia.

Por esa y muchas razones más yo siempre digo que cuanto más conozco a los políticos más quiero a mi perro.

Por cierto, en el chat de Pegaso, ayer por la tarde, expresé mi enojo por la forma de hacer política en el país.

Dije que votaría mejor por mi perro, antes de por cualquier candidato.

Mi cuñada Hermelinda, sabiendo que no tengo can, inmediatamente me contestó: «Pero…, pero…, pero si tú no tienes perro!»

-Bueno,-le contesté-, yo tengo un perro imaginario, y se llama: «El Ya sabes quién».

Y ya que yo soy un Pegaso imaginario pensé: «¿Por qué no puedo tener yo un perro imaginario?»

Mis amigos picateclas, que son muy traviesos, empezaron a mandar las fotos de sus caniches postulándolos a un cargo de elección popular.

Que la Chookis para senadora, que el Coffee para diputado, que El Chiquilín para alcalde…

Total, a final de cuentas se integró lo que ahora se conoce como Partido Unidad Perruna (PUP).

Manifestaron su intención de buscar alguna candidatura los supradichos Chookis, Coffee y Chiquilín, pero también Hércules Napoleón García Ibargüengoitia, El Gordo, El Chiquilín, El Güero, Archivaldo, Layla, Júnior, Kolvy y La Leona.

De inmediato, los creativos se pusieron a hacer su jale y, por ejemplo, Rosalía Quintá presentó un bonito meme donde un cachorro vestido como el huicholito de Movimiento Naranja interpeta el famoso tema y Sandra Tovar diseñó un simpático cartel con los rostros de los «candidatos que dejan huella».

Además, éstos aspirantes no van por un hueso, tienen las manos limpias y todas sus obras son bien perronas.

Por eso los dejo aquí con el refrán estilo Pegaso: «Teniendo moneda corriente en su poder ejecuta su danza el can». (Con dinero baila el perro).

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