AL VUELO/ Rebrote 

Por Pegaso 

Analizaba yo desde mi nubecilla viajera cómo han cambiado los memes en las redes sociales desde que inició la pandemia hasta el momento actual. 

Yo recuerdo que allá, por el mes de febrero e inicios de marzo, un loquito compuso la “Cumbia del Coronavirus” y fue durante varias semanas una tendencia nacional. 

Era el reflejo de una sociedad que veía muy lejos la amenaza, que pensaba que el COVID-19 sí iba a llegarnos, pero pasaría sin pena ni gloria, como ocurrió años atrás con el SARS. 

Pero, ¡Oh, destino cruel! La pandemia se ha prolongado por mucho tiempo a tal grado que el año 2020 se considera ya un año perdido. 

Junto a la “Cumbia del Coronavirus”, muchos otros memes inundaron las redes sociales con la misma tónica jocosa y valemadrista que caracteriza a los mexicanos. 

Durante los primeros meses, pocos creían que el virus era algo real, pero al empezar a enfermar parientes y personas cercanas, tomamos conciencia de la amenaza, y empezamos a hacer caso de las autoridades sanitarias: Nos pusimos el cubrebocas, ya no saludamos de a besito en el cachete, tomamos la sana distancia y nos pusimos gel antibacterial en las manos. 

Luego de la amarga realidad, hubo quienes vieron la oportunidad de hacer pingües negocios con el coronavirus. 

Primero, los vendedores artesanales de cubrebocas, después las grandes empresas que empezaron a elaborar cada vez más llamativas y complicadas mascarillas con fibra de carbón activado, con filtro N95, N99 y N100; las de cobre, las fashion, las transparentes que dejan ver tu sonrisa, las exclusivas para la realeza y la gente náis, y un largo etcétera. 

Una vez que la curva del coronavirus fue bajando, las medidas de prevención se empezaron a relajar, pero conforme avanza el año y la temporada invernal se acerca, las enfermedades respiratorias propias del invierno amenazan con complicar los cuadros de COVID-19 y causar muchas más muertes. 

De hecho, ya hay países que decretaron nuevamente el confinamiento, y en México, varios Estados admitieron un rebrote de la enfermedad. 

Aquí, en Reynosa, sin ir más lejos, en los últimos días vimos cómo el número de contagios había disminuido hasta casi desaparecer. En los últimos dos días, sin embargo, el número de casos nuevos se disparó. 

Los primeros frentes fríos, acompañados de humedad que se presentaron hace quince días, ya empezaron a subir de nuevo la curva, y si no hacemos nada para contenerla, pronto tendremos de manera oficial, el temido rebrote, y las autoridades de salud del Estado deberán decretar la vuelta a la Etapa I o Semáforo Rojo. 

Por allá, cerca de los meses de julio y agosto, alguien hacía un comentario relativo a salvar la Navidad. 

“¿Qué prefieres, cuidarte hoy, o perderte la Navidad?”,-fue más o menos la pregunta que circuló en Facebook. 

Es muy posible que las fiestas de fin de año las tengamos que hacer vía virtual, por medio de Zoom o Facebook Live, sin abrazos, sin estar con la familia ampliada, sin regalos… 

No es por ser aguafiestas, pero lo que les diré es una verdad histórica: Los rebrotes suelen ser más duros que la primera fase de las pandemias, así que ¡a cuidarse! 

Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “A pésima zancada, proporcionarle aceleración”. (Al mal paso, darle prisa). 

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