Por: Chano Rangel
Desde hace una semana los apagones en todo el país han sido recurrentes, en las áreas de Reynosa, Rio Bravo, Matamoros, Valle Hermoso y todo el Valle de San Fernando, se ha convertido en el pan de cada día, donde miles de familias se quedan sin energía eléctrica.
El presidente asegura que es por la fuerte ola de calor -muy sabio el mandatario- y asegura que esto es producto del alto consumo de electricidad por las fuertes temperaturas registradas en la zona norte del país, y que azotan también ya parte de la zona sur.
Lo cierto es que la CFE no tiene capacidad para afrontar los enormes retos en el suministro, con este gobierno se cortó de tajo, la producción de privados al servicio de la empresa productiva del estado, y se dio otra vez a la comisión esa responsabilidad, a tal grado que ya en casi en un sexenio no se construido ningún parque eólico, ninguna central eléctrica, y el aumento en el consumo es cada día más elevado.
Sin embargo, la empresa monopolio debería de tener rendimiento utilidad financiera por una sencilla razón, produce, suministra, y factura la electricidad a todos los mexicanos, paradójicamente pierde dinero cada año, 36 mil millones de pesos en el 2023, algo insólito.
Además de estos gastos; el gobierno de través de los impuestos, se depositaron en cuentas de la CFE 82 mil millones de pesos, para la estabilidad financiera de la empresa, inexplicablemente -esto no sucede en ninguna parte del mundo- la empresa no es un ente rentable, y por consiguiente necesita del financiamiento público, algo increíble.
Pero además los apagones llegan en momentos de crisis morenista, en todo el país y en los puntos más débiles del morenismo, la población tiene cortes recurrentes de electricidad, la molestia es validad, y los reclamos son parte de la historia diaria de la frontera tamaulipeca, y de todo el estado.
Ayer por ejemplo más de 50 colonias estaban sin luz en Matamoros, también en Reynosa otro tanto, la villa de Burgos estuvo más de 40 horas sin electricidad, San Fernando, ha estado con problemas de suministro de agua por los apagones que ponen en riesgo el funcionamiento de pozos profundo y el bombeo hacia la zona urbana.
También estos apagones son un agregado para las elecciones del 02 de junio, donde el votante tendrá que definir en sus 2 minutos, por quien emitir el sufragio, por quien depositar la confianza en los próximos seis años.
No hay argumentos para definir este tipo de problemáticas, las familias enfrentan épocas de calor atípicas en la región de Tamaulipas, temperaturas que oscilan los 40 grados y más, afectando las actividades al aire libre por lo menos en el pico de la onda calórica.
Los niños en escuelas primarias algunas sin aire acondicionado, el 47% de las aulas públicas del país, no cuentan con este servicio, y de las zonas rurales ni hablar, ahí las condiciones son más precarias todavía, y con estos fenómenos climáticos, se entorpecen las actividades educativas.
El apagón traerá consecuencias políticas, seguramente, a que grado, lo veremos el dos de junio.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Ya que andamos en política, déjeme decirle que muchas ciudades despertaron y movieron los números, como Nuevo Laredo, donde la contienda se cerró, y en este momento no hay nada para nadie, y los resultados son reservados hasta el final.
En el caso de Matamoros, las encuestas de un lado y de otro aun muestran una ciudad partida en dos, y con las pugnas internas entre verde y guindas por el protagonismo electoral.
Con estas premisas, mientras unos se pelean por el cien por ciento de nada, otros avanzan y se colocan en una posibilidad de victoria.
Los municipios pequeños serán parte fundamental en esta elección, la aportación de votos se tendrá que analizar con detenimiento, y los resultados quizá no gusten a los perdedores.
