AL VUELO/ Gober

Por Pegaso 

Ya era hora de que agarraran al malandrín del “Gober Precioso”, Mario Marín, para que pague todos los pecadillos cometidos durante su mandato. 

El apodito se lo puso el empresario mexicano de origen libanés José Kamel Nacif Borge, conocido como “El Rey de la Mezclilla”. 

Fue la periodista Lidia Cacho quien publicó en su libro “Los Demonios del Edén”, las travesuras del entonces Gobernador poblano junto con otros cuatachos, como el tal Kamel Nacif y algunos ricachones más adictos a las botellitas de coñac. (Luego se supo que cuando ellos hablaban de botellas se referían a niñas). 

Ese episodio que ocurrió allá, por el 2006, se pudo conocer cuando se filtró una llamada telefónica entre esos dos personajes, donde Nacif le agradecía al priísta por el favor que le hizo al detener a la valiente periodista, y por ello prometió enviarle dos botellitas. 

Viene lo más sabroso de esa conversación, donde se puede saber en qué se entretenían este par de pillines:  

-Marín: ¡Quihúbo, Kamel! 

-Kamel: ¡Mi gober precioso! 

-Marín: ¡Mi héroe, chingao! 

-Kamel: No. Tú eres el héroe de esta película, papá. 

-Marín: Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esa vieja cabrona. Le dije que aquí, en Puebla, se respeta la ley y no hay impunidad y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos contesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras. 

-Kamel: Ya sé. Y es que estos cabrones siguen sacando mamadas y mamadas. Pero yo hice una declaración. Fui a la televisión. 

-Marín: ¡Ahhh, qué bueno! ¿Allá, en México o acá, en Puebla? 

-Kamel: Aquí, pero dijeron que la iban a mandar allá. Salió aquí. Y yo en el Milenio le dije; Si lo quieres leer, le dije, pus el señor Gobernador no le tembló la mano. 

-Marín: Ni nos tiembla ni nos temblará. 

-Kamel: Pinche bola de ratas. ¿Qué han hecho?¿Qué asquerosidad es esto?¿Eh? 

-Marín: ¡Noooo! Se sienten Dios en el poder. 

-Kamel: Así es. Yo te hablé para darte las gracias. Sé que te metí en un problema, pero… 

-Marín: No´mbre, a mí me gustan esos temas. Coincido contigo en que, -¡Jijos de la chingada!- en esos temas… digo… no somos santos, desde luego, pero si alguien tiene pruebas que las presente. Y si no que se calle la boca. 

-Kamel: Oye, pero en algo tan vergonzoso, mi distinguido. Porque es vergonzoso. 

-Marín: Así es. 

-Kamel: Y yo para darte las gracias te tengo aquí una botella bellísima de un coñac que no sé adónde te la mando. 

-Marín: Pues a Casa Puebla. 

-Kamel: Yo te la quería dar personalmente, pero estás todo ocupado. 

-Marín: Mándamela a Casa Aguayo, para echármela. 

-Kamel: ¿Te la vas a echar? Pues entonces te voy a mandar dos, no una. 

Hasta aquí la conversación telefónica entre ambos. Después de algunos años, la justicia exoneró a la periodista y a estos dos los condenó por manejar un pingüe negocio de trata y prostitución de menores. 

Ayer le echaron el guante los federales al Gober Precioso y lo enviaron a una cárcel de Cancún donde se espera que lo condenen a varios años de frescobote. 

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “¡Observar para dar credibilidad!”(¡Ver para creer!) 

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