AL VUELO/ Oraculeros

Por Pegaso

No sé cómo le hace Mahoni para sus predicciones.

Desde acá, sentado en mi nubecilla viajera me devano el coco tratando de adivinar el secreto de sus oráculos.

Por lo pronto, ya se chingó a Los Simpsons y va por Nostradamus y San Malaquías.

Hoy vuelve a ser noticia esta mujer marciana (sin chichis y con macana) porque en sus predicciones del mes de septiembre del 2019 alertó sobre la aparición de una rara gripa que surgiría en Sudamérica, pasaría a Centroamérica, luego a México y a Estados Unidos.

Esto pone los pelos de punta porque, efectivamente, el Gobierno de Estados Unidos reportó su primer caso de coronavirus, una especie de neumonía que surgió en China, donde ya hay más de 400 pacientes y alrededor de 6 muertos.

Por otra parte, en Brasil existe una nueva fiebre hemorrágica causada por un arenavirus, un tipo de virus raro y letal que amenaza con transmitirse a miles de personas, si no se establecen los controles sanitarios necesarios entre países.

¿Qué pasa con esta vidente?¿Realmente tendrá poderes sobrehumanos?¿O será, como dice la Biblia que en el final de los tiempos habrá falsos profetas?

Naaaa. Yo sospecho que se trata de algo más mundano y prosaico.

Mahoni, como muchos otros oraculeros, augures, videntes, pitonisos, vates y nigromantes, tienen un agudo sentido de lo que será noticia en los meses o años venideros.

Yo recuerdo que aquí mismo hice un comentario el fin de año pasado sobre una supuesta predicción de Mahoni para Reynosa.

Dijo, si no estoy mal, que en un centro comercial grande de esta ciudad habría una gran explosión durante El Buen Fin, pero no pasó nada y ahí le puse tache.

A ver, ¿anticipó el caso de la rifa del avión presidencial? Yo creo que aquí se le peló el tip o le fallaron sus antenas.

Hay una industria bien consolidada detrás de cada adivino que sale en los medios de comunicación.

Equipos de personas que ven las tendencias mundiales en economía, deportes, espectáculo, medicina y política que nutren de información a esos charlatanes.

Daré un ejemplo más. El Brujo Mayor de Catemaco, Antonio Vázquez Alba, acostumbra dar sus predicciones cada inicio de año sobre las estrellas del espectáculo. Sólo algunas veces logra atinarle, principalmente con el fallecimiento de alguna figura de la cual se sabía que estaba medio delicadona de salud.

Las principales empresas televisoras del país acostumbraban consultarlo durante el mes de enero para saber más acerca del destino de sus artistas consentidos, pero a últimas fechas ya nadie lo toma en serio porque cada vez adivinaba menos.

Los que continúan en el negocio logran acertar en un porcentaje por encima de lo que se podría esperar estadísticamente hablando, pero es por las técnicas y trucos utilizados para elaborar sus “profecías”, que generalmente son formuladas en un lenguaje muy ambiguo.

Es algo parecido a lo que hacen los magos. Ya sabemos que éstos profesionales del ilusionismo realizan trucos, que no existe la magia y que sólo se trata de prestidigitación o distracción.

Hay quienes se tragan esas historias y se sorprenden por los aciertos, aunque las equivocaciones sean mucho más numerosas.

Viene el refrán estilo Pegaso: “Acierta, vaticinador”. (Adivina, adivinador).

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