AL VUELO/ Sketch II

Por Pegaso

(Se escuchan los acordes de un viejo órgano de catedral tocando música gótica).

-Longe Moco: ¡Ja, ja, jaaaaa!¿Qué tal? Yo soy el Longe Mocooo…(con un dedo extrae de la nariz una sustancia verde y viscosa, y la avienta hacia la pantalla de la cámara).

Hoy vengo a contarles la terrible historia de… la terrible historia de…

-La Gárgola: De tu suegra. Vas a contarnos la terrible historia de tu suegra.

-Longe Moco: ¡Noooo! Y además, yo a mi suegra la quiero mucho. Fíjense que la otra vez me llevaron a la corte y el juez me dijo: Se le acusa de querer matar a su suegra con un hacha, ¿cómo se declara? Y yo le contesté: Soy inocente, señor juez. Sólo quería espantarle la mosca que traía en la frente. ¡Ja, ja, jaaaa! Fue horrible, horribleeeee!

Pero lo que hoy quería contarles es la espeluznante historia que ocurrió en la 22 Asamblea Nacional del PRI.

Resulta que se reunieron todos en el Palacio de los Deportes para ver cómo le podían hacer para que la gente siguiera votando por ellos.

Pero para la mayoría de los mexicanos se trataba de un caso perdido porque siempre han sido una bola de… siempre han sido una bola de…

-La Gárgola: ¡De tramposos! Siempre han sido una bola de tramposos.

-Longe Moco: ¡Noooo! Bueno, sí, pero además, siempre han sido una bola de años los que habían gobernado el país y la gente ya se sentía molesta por tanto fraude electoral.

En la 22 Asamblea, viendo que ya no la iban a hacer si seguían igual, decidieron cambiar sus estatutos para que cualquier hijo de… para que cualquier hijo de…

-La Gárgola: ¡De vecino! Para que cualquier hijo de vecino pueda ser candidato.

-Longe Moco: ¡Nooooo! Para que cualquier hijo de la tiznada siga prometiendo cosas que no va a cumplir. ¡Fue horrible, horribleeee!

Lo que no sabían Enrique Ochoa Reza y el Presidente Peña Nieto es que la ciudadanía ya está cansada y que ya no se iban a dejar que les dieran atole con el dedo.

Como dice mi compadre Pegaso, tenían que reinventarse y comenzar de cero para recuperar la credibilidad.

-La Gárgola: Pero a final de cuentas quitaron los candados que había en los Estatutos para que cualquier militante pueda ser candidato.

-Longe Moco (mirando con el ceño fruncido a La Gárgola): Pero aún así, la gente no se los creyó, porque son una bola de ca… porque son una bola de ca…

-La Gárgola: ¡De cabritos! Porque son una bola de cabritos!

-Longe Moco: ¡Nooooo! Porque son una bola de camiones los que llevaron a tanto acarreado y no cabía un alfiler en el Palacio de los Deportes. ¡Fue horrible, horribleeee! (Se aleja el Monje Loco, mientras La Gárgola se queda en la pared con un gesto de resignación).

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