LOS HECHOS/ LAS MENTIRAS DE ASCANIO

POR José Inés Figueroa Vitela

Como se esperaba, en la comparecencia del Auditor Superior del Estado, ante la Comisión de Vigilancia del Congreso Local, se estrenó la reciente reforma al Reglamento Interior, para juramentar, de decir verdad, a quienes son citados al Poder Legislativo.

Y como se esperaba, también, JORGE ESPINO ASCANIO, el empleado de la representación popular, como auxiliar técnico en el proceso de fiscalización, volvió a mentirle a los diputados locales, de manera contumaz, repetitiva.

Empezó desmintiendo a sus propios colaboradores, cuando le dijeron cuáles fueron las cuentas públicas que se aprobaron al final de la pasada legislatura, cuando el PAN ya sabía el resultado de la elección donde perdió la mayoría en el Congreso.

“No, no, esas cuentas las enviamos desde un año antes”, mintió, pues en el paquete aquel que se subió en fechas distintas, se incluyeron cuentas del ejercicio 2020, que un año atrás apenas estaba en proceso de ejecución.

Obvio, la cuenta se hace cuando concluye el año-ejercicio y cuando muy rápido, se manda al Congreso seis meses después, por la auditoría, para que empiece a revisarse, requieriendo las solventaciones que resulten procedentes.

Tuvo el descaro de recordarles que la primera fecha para entregar cuentas públicas de un año, es el 29 de junio del año siguiente, la segunda es el 30 de octubre y puede llevarse hasta el 20 de febrero del segundo año después de concluido el ejercicio.

Esa primera mentira ya le significa responsabilidades al Auditor, que estaba exponiendo bajo protesta de decir verdad, pero “ya entrado en gastos”, se siguió por la libre, distorsionando la verdad, como cuando “el partido” que lo puso ahí, reforma de por medio porque no reunía los requisitos profesionales, usufructuaba la mayoría legislativa.

“No calificamos al vapor –respondió a los requerimientos-, estamos abiertos a cualquier cuestionamientos; siempre tendrán una respuesta”, ofreció jactancioso, como si la historia no existiera.

Por ahí anda todavía la exdiputada de Movimiento Ciudadano, PATY PIMENTEL, reclamando que pasaron los años, concluyó la legislatura y nunca le entregó el informe que le requirió sobre la aprobación de las cuentas de XICO GONZÁLEZ en Victoria.

Por eso la diputada URSULA SALAZAR MOJICA le advirtió que conocen los tiempos y lo emplazó a que  en un máximo de diez días entregue por escrito las respuestas a las preguntas que dejó en el aire.

En reiteradas ocasiones el diputado presidente de la comisión, JESÚS SUÁREZ MATA le cortó la letanía característica, con las que en el pasado le sacó la vuelta a dar cuenta de sus ineficiencias y/o complicidades.

Ya sabe, decenas, cientos, de nombres, cifras, fechas, consignaciones y estados que guardan los juicios, dibujando un hipotético trabajo de supervisión, del que nadie, que no sea adversario político, ha resultado sancionado.

“Sí hay un reclamo permanente de la sociedad que pide transparencia y resultados… eso es lo que estamos haciendo”, tergiversó otra vez.

A la diputada riobravense CASANDRAS PRISILA DE LOS SANTOS FLORES, tampoco pudo desmentirla de las acusaciones que pesan contra el también exalcalde panista CARLOS ULIVARRI.

Ella fue regidora de ese cabildo y en su momento, participó de los reclamos de la síndico y la mayoría  de los integrantes del cabildo, por los malos manejos y opacidad con la que se condujo tal administración municipal, mientras la ASE y diputados panistas le aprobaban las cuentas públicas.

El Auditor dijo que conoce a la perfección, de las observaciones que la Auditoría de la Federación ha hecho por 15 mil millones de pesos al gobierno del Estado, porque es su personal el que ha hecho las auditorías en convenio con el ente central.

Pero no explicó cómo ese personal que sí detectó el desvío de recursos federales, no ha descubierto un solo peso mal aplicado, de los recursos “de libre disposición” asignados al mismo gobierno estatal.

Más mentiras.

Aseguró que el incremento en 53.3 millones de pesos y 106 nuevos empleados que ha solicitado para el año entrante, es porque están saturados de trabajo y trabajando horas extras el personal, al margen de los servicios de empresas externas en que se apoyan.

Por supuesto, a ASCANIO –si no le fincan responsabilidades antes- le va a sobrar presupuesto, cuando entre en vigor la reforma para que nadie gane más que el Presidente de la República, que ya se presentó a nivel local.

El mismo Auditor gana más del doble que AMLO y entre su plantilla, suman decenas los que están sobre de ese rasero, en un esquema que, como para otros pseudo entes autónomos, se diseñó pensando en las complicidades.

Topando los salarios en los términos de esa ley, alcanzará para duplicar la plantilla de auditores y más, si quieren, para hacer un efectivo trabajo de fiscalización, no para deberle la chamba y supersueldo a los panistas que ya se van, pensando en acosar a sus relevos, que como en el Congreso, van a venir de otro partido.

Esa fue otra “mentirijilla” del Auditor sobre los motivos para engordar más la nómina.

El “funcionario” no tuvo respuesta a la petición de que el Estado justifique el gasto en publicidad por 2 mil 660 millones de pesos, con un incremento del 292 por ciento, como requirió doña ÚRSULA.

Los medios tamaulipecos también están interesados en saber de ello, porque en lo que va del sexenio, no han recibido el pago de servicios prestados en ese campo.

Tampoco hubo respuesta al uso faccioso de la fiscalización, desde la ASE, para atacar a adversarios políticos.

Instalado aun en el vergonzante pasado, EL MOYO GARCÍA AGUIAR todavía quiso justificar los pecados del gobierno emanado de su partido, el PAN, diciendo que “en Matamoros son igual” y recordando que la cuenta del 2 mil 15 de Nuevo Laredo, sigue sin aprobarse.

Eso fue una confirmación de aquello.

El patrón del Auditor todavía piensa que manteniendo la cuenta sin aprobar de CARLOS ENRIQUE CANTUROSAS VILLARREAL, puede seguir inhibiendo su participación política.

No se han dado cuenta que ya no está en el PAN y con MORENA, llevan dos elecciones ganadas con su hermana CARMEN LILIA, primero como diputada  local y ahora como alcaldesa en funciones.

Con la misma intención, quiso reeditar los señalamientos contra el alcalde morenista victorense, LALO GATTÁS, en el sentido de que la camioneta que tripula desde las vísperas del inicio de su gestión, presuntamente es propiedad de un empresario de dudosa reputación.

Remite la veracidad de tales afirmaciones a “la prensa”, sin aclarar que los mentados medios que sacaron la especie, aparecieron en este sexenio, de la autoría y propiedad de sus próceres.

Son panistas, pues, aunque mucho le gusten a algunos de los cercanos del jefe edilicio victorense.

¿Alguien perfiló la sospecha de “un cuatro”? Abundaremos.

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