- Los Rojinegros vencieron como visitantes 3-2 al Toluca
Ciudad de México.- Dicen que no hay mal que dure 100 años, y el maleficio que tenía Atlas desde que llegó Rafael Puente como su entrenador con cinco derrotas consecutivas llegó a su fin, pues los Rojinegros fueron al Nemezio Díez a derrotar 3-2 al Toluca.
El inicio fue maravilloso para los tapatíos, pues apenas a los tres minutos, Diego Barbosa sacó un soberbio tiro de larga distancia para poner la ventaja a favor de los Zorros, en donde Alfredo Talavera nada pudo hacer y ya era un buen preámbulo de lo que se venía.
Sin embargo al 19´, Mauricio Cuero cometió una falta sobre Chala en el área, y Luis Enrique Santander no dudó en marcar la pena máxima que Leo Fernández aprovecharía en un rebote, pese a que en primera instancia Camilo Vargas pudo atajar el tiro.
Para el complemento, las cosas se pusieron más interesantes. Al 62´, Javier Abella adelantó nuevamente a los tapatíos, al rematar solo dentro del área en un tiro de esquina, y parecía que el equipo tenía las cosas bajo control.
Al 71´, nuevamente las fallas defensivas costaron a la Furia, pues Márquez cometió falta dentro del área sobre Güemez, para que Santander pitara otro penal para los Diablos Rojos, que Leo Fernández concretó con categoría.
Cuando todo indicaba que el empate no se movería, al 85´, Mauricio Cuero se fue solo contra Alfredo Talavera tras un error defensivo de Maidana de Toluca. El atacante no perdonó y anotó el 3-2 definitivo que le dieron los tres puntos a los Rojinegros.
Rafael Puente rompió una racha de 12 derrotas consecutivas, Atlas llegó a nueve puntos y por fin los Zorros probaron nuevamente las mieles de la victoria. La última victoria de los tapatíos había sido ante Xolos en la fecha cuatro, cuando el Estadio Jalisco no tuvo afición por veto, hoy por el tema de prevención de coronavirus, el Nemesio Díez tuvo el mismo escenario, y los Rojinegros volvieron a ganar.
La Liga MX quedará suspendida tras el fin de la fecha 10 hasta nuevo aviso, por lo que Rafael Puente tendrá el tiempo de acomodar sus piezas, y con la confianza de que la victoria regresó a La Madriguera.