Al Vuelo/ Brothers

Por Pegaso

Desde aquí, desde mi búnker, me chuté los dos partidos de final de la Copa América y la Copa de Oro, no porque sea un gran aficionado al fútbol, sino porque no había otra cosa mejor qué ver en la pantalla idiota.

Ganó Brasil en el sur del continente y México en el norte.

Dentro de lo más sobresaliente de la Copa América está la imagen del mejor futbolista del mundo, Lionel Messi, que se fue echando pestes contra la corrupción que impera en la FIFA, luego de perder ante su archienemigo Brasil.

Por otro lado, en Chicago todo era alegría para los mexicanos, que abarrotaron el Soldier Stadium. Se hacía la «ola», se cantaba el «Cielito Lindo», se gritaba a pleno pulmón el clásico insulto «¡ehhhh, putooooo!» y se pasaba en primer plano la imagen de un peladito mexicano, bigotón y de gran sombrero con una camiseta que decía: «Que chingue a su madre Trump».

Pero para mí lo más sobresaliente no fue eso. Ni el gol de Jonathan Dos Santos, ni el público, ni la «ola» ni el «Cielito Lindo», ni aún la excelente cortina de humo o caja china que puede aprovechar el Gobierno Federal para aumentar impuestos, aprobar leyes polémicas y perdonar a un político corrupto o a un empresario rata.

No. Lo verdaderamente relevante fue la alianza de facto que hicieron las grandes empresas televisoras Telerisa y Tele Aztuerca, lo que a mi juicio tendrá serias repercusiones para el país, por la influencia mediática que siguen teniendo entre los mexicanos.

#SomosBrothers, dice el hashtag que promociona este matrimonio antinatural, esta aberración.

Durante la celebración de los dos más importantes torneos de futbol de América se puso en marcha un experimento para saber cuál es la respuesta del gran público ante el acuerdo que tomaron los altos directivos de las empresas, Ermilio Azcálarraga y Rucardo Jalinas.

Hasta ahora, eran como el aceite y el agua, no se podían mezclar.

Pero en las transmisiones futboleras que se hicieron durante los últimos días, vimos al «Perro» Bermúdaz a un lado de Toño Rostique, agarraditos de la mano y diciendo: «¡Somos brothers!»

Entonces, ¿qué preparan los grandes magnates de la televisión mexicana?

El experimento pasó desapercibido de manera consciente para los millones de fanáticos del futbol, que estaban como idiotizados viendo jugar a las selecciones de Argentina, Brasil y México.

Pero en el inconsciente colectivo quedó grabado, y es algo para preocuparse si la tendencia de ambas televisoras sigue siendo la de presentar productos chatarra, copias de programas chafas, narconovelas y reality shows donde lo más interesante es ver qué hacen debajo de las cobijas los jóvenes calenturientos que quieren ganarse un billete fácil.

No.

Si va a haber una alianza, o en caso extremo, una fusión, debemos aprovechar para que los gigantes de la industria de la telera se conviertan en factores que beneficien a la educación, a la creatividad, al patriotismo, al rescate de valores y al intelecto.

El fútbol, ya se ha dicho, es un juego donde 22 pendejos persiguen un balón para meterlo en una red sin meter las manos.

No veo en las programaciones, ni de Telerisa ni de Teleaztuerca, la cobertura de actividades que mejoran el intelecto, como las partidas de ajedrez entre los grandes maestros o los torneos de ciencia que se realizan casi todo el año en países desarrollados del mundo.

Noto que las dos empresas, Telerisa y Tele Aztuerca saturan a los televidentes con comerciales de jabón, perfumes, desodorantes y todo tipo de productos chatarra, que representan parte de su ingreso.

El resto de sus percepciones económicas corresponden a los multimillonarios contratos que tienen con el Gobierno Federal y con los gobiernos de los Estados.

Pero a pesar de su bonanza económica, ninguna de las dos compañías que dominan el mercado nacional tiene la más mínima intención de presentar una programación de calidad, porque eso provocaría que los televidentes nos convirtamos en entes críticos y pensantes; por consiguiente, se desplomaría la venta de Asepxia, Lomecan, pan Bimbo, Vive 100, Diabetex, Cicatricure y tanto producto inútil que sólo sirven para sacarnos la lana del bolsillo.

Y ya que Tele Aztuerca le ha arrebatado la mayor parte del auditorio a Telerisa, no es muy aventurado suponer que el experimento de #SomosBrothers sea un adelanto de lo que se viene, una fusión de las dos grandes televisoras, con Rucardo Jalinas a la cabeza, controlando todo el panorama nacional, como anticipando lo que sería un monopolio de la televisión en México y un sistema de control efectivo de las masas, como un Big Brother maléfico que dirigirá nuestra mente y nuestras acciones.

Por lo pronto, aquí les dejo el refrán estilo Pegaso: «Inicia un proceso de asociación mental y darás en el blanco». (Piensa mal y acertarás).

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