AL VUELO/ Jinetes 

Por Pegaso

Cual jinetes del Apocalipsis se ciernen sobre los habitantes de Reynosa cuatro funestos males: El coronavirus, el desempleo, la violencia y ahora, las inundaciones.

Ayer, durante un recorrido que hice a vuelo bajo sobre varias colonias de la ciudad, pude ver la enorme necesidad de la gente pobre y de los clasemedieros.

De los ricos no digo nada, porque ellos siempre tienen la forma de prevenir este tipo de situaciones y elevan los niveles de sus casas, mientras que la raza mahuacatera va y construye donde puede.

Ya pasaba del mediodía y parecía que las lluvias se alejaban. Detrás de sí, la Tormenta Tropical Hanna dejaba una gran cantidad de agua, unos 152.5 milímetros (cerca de 5 pulgadas), según el reporte de la CONAGUA.

Pero durante la tarde, cayó el diluvio.

Un tormentón marca diablo trajo todavía más agua y entonces sí, la gente se vio obligada a salir de sus hogares.

Hubo muchos voluntarios en lancha que se aventaron a ayudar. La misma Alcaldesa, Maki Ortiz, encabezó los esfuerzos de la SEDENA y Protección Civil para evacuar a cientos de damnificados.

Hubo, sin embargo, quienes abrieron la boca solo para criticar.

Piensan, tal vez, que fenómenos como éste son responsabilidad de la gente que gobierna, sin embargo, la ciencia meteorológica sabe que se trata de eventos que no están bajo control humano y donde llegan, causan innumerables daños, principalmente a la población más vulnerable.

Ya los quiero ver yo, así como vociferan, ayudando a la gente a salir de sus hogares, cargando tiliches y perros para llevarlos a un sitio seguro.

No se vale hablar por hablar. Mejor agarren un pico y una pala y váyanse a las colonias donde se necesitan brazos para evacuar el agua que inunda las casas.

Súmense a la altruista labor de llevar alimentos y de aportar víveres en los centros de acopio.

Los lenguafloja no ayudan en nada. En situaciones como esta, mucho ayuda el que poco estorba.

Durante la noche del sábado y madrugada del domingo, elementos de la SEDENA se dieron a la tarea de localizar a personas que necesitaban ser trasladadas hasta alguno de los albergues.

Sin embargo, lo más grave vino después de la tormenta de ayer por la tarde, ya que la cantidad de agua fue mucho mayor y la situación de las colonias bajas empeoró.

¡Ea, boquiflojos! A trabajar, que los damnificados los necesitan.

Sé que hay un ejército de personas voluntarias bienintencionadas que desde anoche y todavía hoy de mañana, se fueron con sus lanchitas o con sus vehículos 4 x 4 a sacar a las gentes de sus casas inundadas.

Acciones como esa merecen un reconocimiento.

La misma Alcaldesa, por ser su obligación, se sumó al rescate, y en las próximas horas, tengo entendido, dará algunas declaraciones para anunciar que se solicitará que Reynosa sea considerada zona de desastre, con el fin de poder acceder a recursos del FONDEN.

Así, pues, no se puede criticar desde la comodidad de nuestros hogares, por medio de las redes sociales, si no estamos haciendo algo por ayudar al prójimo.

Los lenguaraces nunca han sido de utilidad cuando ocurre un desastre como el que hoy tenemos en nuestra Ciudad.

Va el refrán estilo Pegaso, dedicado especialmente para los que critican sin hacer nada por ayudar: “De órgano lingual ingiero una porción envuelta en oblea de masa de elaborada a base del grano de la planta denominada Zea mais”. (De lengua me como un taco).

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