AL VUELO/ Mexicano

Por Pegaso

Me quedé boquiabierto, estupefacto y meditabundo al escuchar en la tele las palabras de Conor McGregor, el boxeador que peleó contra Floyd Mayweather el pasado fin de semana: “Hoy lo convertí en mexicano”.

Y es que andaba yo volando de cúmulo en cúmulo, viendo la tristeza que causó en los aficionados reynosenses al beisbol el que el equipo de la Treviño Kelly perdiera ante Japón en su intento por conseguir el título mundial de las ligas pequeñas.

De ahí me fui a mi búnker para conocer el resultado de tan épica batalla boxística entre dos de las más destacadas figuras actuales del pugilismo.

No soy muy afecto al deporte de los ojos de cotorra, pero me llamó mucho la atención la fracesita con que McGregor quiso justificarse al retirarse del ring como Santo Cristo, todo ensangrentado: “Hoy lo convertí en mexicano”.

Para nada pienso que el sujeto de marras supo lo que decía. Debieron dejarlo tocado los punchs, jabs y uppercuts de su rival.

Saber cómo es el mexicano no es cuestión solamente de decirlo.

Hay tratados profundísimos acerca de la idiosincracia de nuestra raza de bronce; aquí no todo quiere decir lo que quiere decir, y a veces alguna frase puede resultar ofensiva, pero en realidad implica una expresión de sincero afecto, y viceversa.

Considero que, si algún día ocurre una catástrofe global, como la caída de un meteorito en la película “Armageddon”, un nuevo diluvio universal como en “2012” o la invasión de zombies en “Zombie war”, una de las cosas que deben guardarse en una bóveda hermética deben ser los albures, frases y sentencias del mexicano.

Si algún gringo, sueco, chino o árabe me está leyendo, sepan que:

El Mexicano no te golpea, te parte la madre.
El Mexicano no se cae, se da un chingadazo.
El Mexicano no fracasa, la caga.
El Mexicano no te desprecia, te manda a la chingada.
El Mexicano no sale corriendo, sale en chinga.
El Mexicano no toma siestas, se queda jetón.
El Mexicano no ríe hasta mas no poder, se caga de la risa.
Para el Mexicano no está difícil, ¡¡está cabrón!!
El Mexicano no va rápido, ¡¡va hecho madre!!
El Mexicano no es un tipo tremendo, ¡es un cabrón!
El Mexicano no bebe, chupa.
El mexicano no se pelea, ¡se agarra a madrazos!
El Mexicano no pide que lo lleven, pide un aventón.
El Mexicano no es un tipo alegre, ¡¡¡es de poca madre!!!
El Mexicano no se arriesga: ¡Se la rifa!
El Mexicano no es cualquier persona, ¡¡es el más chingón!!

Yo le diría a McGregor, después que le partieron la madre sobre el ring, que haga la pertinente aclaración, porque si bien Mayweather es una chucha cuerera para tirar guamazos, no le llega ni a los talones al mexicano, cuyo ingenio es universalmente conocido.

El mexicano es tan chingón que puede darse algunos lujos que no se dan otras razas o nacionalidades:

1.- El mexicano no tiene noción del tiempo y tiene la tendencia a llegar tarde siempre. Los extranjeros no entienden que una de nuestras frases favoritas: “Ahorita voy”, puede significar unos minutos, una hora o eventualmente, faltar a la cita.

2.- El mexicano gusta de salirse siempre con la suya, aunque para ello tenga que infringir la ley las veces que sea necesario.

3.- El mexicano es desidioso hasta la exageración y todo lo deja para el último momento.

4.- El mexicano es envidioso al extremo. No puede ver que alguien tenga éxito porque inmediatamente busca un pretexto para criticarlo, y si puede, lo chinga para que no sobresalga del resto.

5.- El mexicano se queja de todo y tiende a echarle la culpa a los demás por sus errores.

6.- El mexicano tiene metido en la mente el chip del “ya merito”. De esa forma, en las competencias deportivas puede que juegue bien, pero nunca alcanzará el triunfo decisivo.

7.- El mexicano es muy afecto al “ahí se va”, lo que significa que todo lo que hace siempre presentará un defecto, por imperceptible que sea.

8.- El mexicano es guadalupano por convicción, tanto así que en todas las churronovelas invariablemente aparece la imagen de la Virgen de Guadalupe.

En una entrevista le preguntaron a la cantante Chavela Vargas por qué siempre decía que era mexicana, si había nacido en Puerto Rico.

La contestación de la diva fue la siguiente: “Los mexicanos nacemos donde se nos pega nuestra chingada gana”.

Así, pues, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Soy originario de la nación denominada República Mexicana, estoy colocado en una posición diagonal que impide el flujo, dicho en un modismo propio del lenguaje coloquial”. (Yo soy mexicano, muy atravesao).

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