AL VUELO/ Ratas

Por Pegaso

En rueda de prensa que encabezó un candidato este lunes, dijo que tiene previsto, si el voto lo lleva a la Presidencia Municipal, crear un centro de atención de animales en situación de calle, háblese de perros o gatos. 

Luego mencionó que dichas instalaciones no serán para sacar de la calle a tanto chucho que anda por ahí deambulando, o los miles de gatos que se la pasan maullando en los tejados, porque se ha demostrado en otros países que con su retiro crece el número de ratas. 

Yo sinceramente prefiero a los perros y gatos,-aseguró. 

Pero hay de ratas a ratas. 

Los animales que todos conocemos y despreciamos pertenecen al género de roedores miomorfos de la familia Muridae. 

Poseen patas traseras delanteras cortas de cuatro dedos y traseras más largas de cinco. 

El género alberga entre 56 y 65 especies. Dos de ellas, la rata parda (Rattus norvegicus) y la negra (Rattus rattus) son las especies de mayor distribución mundial, de ecología marcadamente periurbana, son casi cosmopolitas, faltando solo en los polos. (Wikipedia dixit). 

En muchas culturas la rata sigue siendo tabú, por sus hábitos repulsivos, aunque es una exquisitez culinaria para algunas comunidades étnicas asiáticas y africanas. 

Generalmente actúan como vectores en muchas zoonosis. 

Una de las plagas más extendidas que transmitieron las ratas fue la peste bubónica, en la Edad Media. 

Enfermedades como la fiebre por mordedura, el hantavirus la leptospirosis, la salmonelosis y la infestación por Hymenolepys nana (un parásito intestinal), suelen ser transmitidas por las ratas. 

Yo también detesto a las ratas, he de confesar. Les tengo fobia especialmente a las de dos patas, porque son peores que las otras. 

Ya lo decía Vaquita la del Barrio: “Rata de dos patas, te estoy hablando a ti; porque un bicho rastrero, aún siendo el más maldito, comparado contigo te queda muy chiquitooooo”. 

Por cierto, recuerdo una pintoresca anécdota que ocurrió hace algunos años, cuando yo trabajaba en una estación de radio llamada Radio Monarca. 

El propietario, del cual no me acuerdo su nombre, exigía al entonces Alcalde de Reynosa, Botico Maldez Ronchaud que le pagara un dinero que le quedó debiendo por concepto de publicidad. 

Durante mucho tiempo, el empresario exigió con enviados o personalmente, que se hiciera el pago por la cantidad acordada. Jamás obtuvo respuesta. 

Sin embargo, poco tiempo después se empezó a escuchar en la estación radiodifusora un mensaje donde se exigía al conocido político que pagara su deuda, y al finalizar, ponían el estribillo de Vaquita la del Barrio: “Rata de dos patas, te estoy hablando a tíiii”. 

No sé si Botico pertenecía a alguna especie de roedor, pero lo que sí sé es que jamás el enfurecido empresario radiofónico vio un peso de él. 

Queda, pues, para la historia esta sabrosa anécdota. 

Quien quiera contarla la puede aderezar con cualquier otro detalle picaresco.  

Les recomiendo que lo hagan con una voz chillona y medio mamilas. 

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Procede a enviar mis parabienes a la de tu propiedaaaaaddd”. (Me saludas a la tuyaaaa). 

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