AL VUELO/ Burro 

Por Pegaso 

Andaba yo volando allá, sobre la estratósfera, sentado en mi mullido cumulonimbus viendo cuán rápido transcurren los días y dándome cuenta que prácticamente ya tenemos la Navidad encima. 

Pero mientras nos preparamos para las fiestas de fin de año, lo que preocupa en estos momentos no solo a los güeros, sino a los mexicanos y prácticamente a todo el mundo es el resultado de la elección para Presidente de Gringolandia. 

El ahora segundo país más poderoso del mundo tiene una forma de elegir a sus gobernantes medio rara. 

Nos extrañábamos en Mexicalcan de las Tunas del sistema político presidencialista y centralista, donde un solo individuo o grupo de individuos designaban al próximo jefe de la Nación, pero en el vecino país del norte están peor. 

O sea, organizan una elección nacional donde todo ciudadano tiene derecho a votar y donde cada sufragio tiene el mismo valor. 

Pero ya cuando se tienen los resultados, su voto no decide la elección, sino que se junta un colegio electoral y ellos son, a final de cuentas, los que tienen la última palabra. 

De esa manera, muchas veces el candidato ganador por voto popular no llega a ser presidente y el que gana el voto electoral es el que se sienta en la silla de la Casa Blanca. 

Entonces, ¿qué caso tiene convocar a los ciudadanos a las urnas?¿Por qué gastar miles de millones de dólares inútilmente? 

En Gringolandia se ha criticado mucho este sistema indirecto de elegir presidente, porque se trata de un proceso antidemocrático en un país que presume de ser democrático. 

En una reciente colaboración escribí que esta columna estaba festejando la inminente derrota de El Trompas, pero aún a estas alturas no hay nada seguro, y el ojete puede levantarse con el triunfo gracias, ¿a qué cree usted? ¡Sí! Al voto del malhadado Colegio Electoral. 

Redundo mucho en el tema de las elecciones en Gringolandia porque sí o sí, nos va a afectar por los siguientes cuatro años. 

Recordemos que el déspota, que tiene conectada la boca con el trasero, solo habla para decir burradas, precisamente como la mascota de su partido Republicano: Un burro. 

Si gana por segunda ocasión la Presidencia, los mexicanos debemos esperar nuevas embestidas, los migrantes tendrán que ponerse armaduras al estilo de Batman, cuando peleó contra Superman y le partió la mandarina en gajos (Batman v. Superman; El Amanecer de la Justicia. Año de Estreno: 2016. Dirección: Zack Snyder, con Ben Affleck, Henry Cavill, Amy Adams y Laurence Flisburne) , ya que servirán de tiro al blanco para los ku-kux-klanes, skinheads, neonazis y otros grupos racistas que admiran y defienden al Trompas. 

¡Ahhhhh! Y también podría instaurarse de manera oficial el Cuarto Reich, como ya prevalece de manera extraoficial (buscar en Google la palabra “Cuarto Reich” y leer el contenido de los artículos, para que vean mis dos o tres lectores que no es cosa de mi invención). 

Va la frase estilo Pegaso, cortesía de mi colega Armando Fuentes Aguirre “Catón”: “Relativo a la organización de las sociedades humanas y elementos con mayores deficiencias”.  (De política y cosas peores). 

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