IMSS RECOMIENDA AMBIENTE FAMILIAR SALUDABLE PARA DISMINUIR SÍNTOMAS AL ENFERMO DE ALZHEIMER

  • Tienen dificultades para hablar, leer o escribir y hasta olvidan cómo cepillarse los dientes o peinarse el cabello
  • Es una enfermedad progresiva y degenerativa del cerebro, que provoca un deterioro en la memoria

Reynosa, Tam.- En el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se conmemorarse en el mes de septiembre, médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dieron a conocer que esta es una enfermedad progresiva y degenerativa del cerebro, que provoca un deterioro en la memoria, el pensamiento y la conducta de la persona, con mayor frecuencia a partir de los 65 años de edad.

La directora del Hospital General de Zona (HGZ) No. 15 en Reynosa, doctora Norma Patricia Amador Ramirez, informó que para disminuir su avance, es importante la estimulación cognitiva, como leer, practicar juegos de mesa o realizar dictados, es una parte fundamental del tratamiento, ya que toda actividad que estimule al cerebro, es fundamental para conservar una mejor salud mental en los pacientes que han sido diagnosticados.

Explicó que los síntomas de esta enfermedad son: confusión mental, irritabilidad y agresión, cambios en el estado de humor, trastornos del lenguaje, pérdida de la memoria de largo plazo y una predisposición a aislarse a medida que los sentidos del paciente menguan, “y conforme la enfermedad va avanzando, se van perdiendo las funciones biológicas”.

Amador Ramirez, señaló que esto es debido a la pérdida de células nerviosas en la corteza cerebral, lo que ocasiona una atrofia en las regiones afectadas, incluida una degeneración en la corteza frontal.

 “Comienza lentamente, afectando primero las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje; por lo que las personas con este mal, pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de las personas que conocen”, expuso.

La especialista reconoció que el pronóstico de vida para cada individuo es difícil de determinar, sin embargo, cifras arrojan que el promedio de vida de un paciente a partir de ser diagnosticado es de 10 años, aproximadamente, aunque puede variar mucho de una persona a otra, de acuerdo con la condición física del enfermo.

En este sentido, Amador Ramirez advirtió que el riesgo de padecer la enfermedad es mayor si hay personas en la familia que la padecieron, además de que ningún tratamiento puede detener este mal.

“Sin embargo, existen medicamentos que pueden ayudar a impedir que algunos síntomas empeoren o se lentifiquen la evolución natural de la enfermedad, ayudando a controlar parte de los síntomas que se asocian a este mal”, concluyó.

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